martes, 26 de febrero de 2013

No le creo, me parece una mentira poco lógica.



El Papa dijo: «Dios me pide que me dedique a orar y a meditar»,  y yo no puedo creerle, lamentablemente. ¿Cómo es posible que haya una comunicación tan fluida entre Dios y el Papa para que le pida a Benedicto XVI lo que nos comenta abiertamente en su último Ángelus y no lo sea de igual forma para pedirle que haya más orden dentro de la Iglesia, menos corrupción, y menos enfrentamientos entre sus más encumbrados discípulos? Además si es que existe este fluído contacto entre ambos, me pregunto porqué Dios no le otorga poderes suficientes para que -al menos- su Santidad El Papa ponga en orden todos los conflictos mencionados y que continúan subsistiendo dentro de las más altas jerarquías eclesiásticas.




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